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  • Josu Cantu

Reseña Malcolm & Marie

"El cine no tiene que tener un mensaje, tiene que tener corazón y electricidad."


Hace unos meses se anunció que Sam Levinson, creador de Euphoria, había desarrollado una cinta “en secreto” durante el verano de cuarentena debido a COVID-19. Todas las notas decían lo mismo: “La película secreta adquirida por Netflix”, “Esta es la película de pandemia”. Y sí, puede que este sea el caso por los protocolos tan estrictos que se siguieron. Desde no tener más de 12 personas en el set de producción, hasta contar con dos protagonistas en Zendaya y John David Washington, que estaban dispuestos a hacer su propio maquillaje. Esta podría ser la manera en que las películas “pequeñas” tendrían que sobrevivir en tiempos posteriores a la pandemia.


Si eso no fuera suficiente para dar de que hablar de Malcolm & Marie, la llegada de las críticas en páginas como Rotten Tomatoes eran sorprendentes, por decir algo, para algo que prometía mucho. Sin embargo, al poder por fin ver esta película, encuentras la razón detrás de las críticas tan duras hacia el nuevo proyecto de Levinson, pues está claro que está usando sus propios sentimientos negativos hacia los críticos de cine y canalizándolos a través de la voz de sus protagonistas. Malcolm & Marie es una crítica hacia la crítica, y eso no le gusto a los “profesionales”.


Pero comencemos con la premisa, pues no solo vemos esos sentimientos canalizados, sino también es una película de amor tóxico y estar aferrado a alguien que quizá te haga más mal que bien. Malcolm es un director quien viene del estreno de su más reciente película. Las reacciones iniciales son más que positivas de todos, menos de Marie, a quien olvidó agradecer en su discurso durante la premiere. Esto desata una noche de discusiones, enojos, y ataques verbales a través de los sentimientos que ambos se tenían guardados el uno al otro.


Dejando a un lado lo “obvio” desde un principio. Zendaya y Washington son increíbles actores y la pasión que muestran en esta película los lleva ya a otro nivel, en sus aún tempranas carreras. No es solo la entrega, de los diálogos tan pesados, que tienen durante las casi dos horas de duración, sino también cómo reciben las verdades que el otro le tiene que decir a su pareja. Esta es de esas producciones que fácilmente podría ser una obra de teatro. Y sí, los actores brillan cuando desatan su enojo, pero me pareció que brillan aún más en su silencio y cómo reaccionan a que se les diga algo que no quieren escuchar.


Todo esto está reforzado con una hermosa cinematografía, grabado todo en película 35mm blanco y negro, para acentuar los sentimientos que derraman ambos protagonistas. No tenemos distracciones ni factores externos, dentro de la casa en California donde se filmó. El enfoque está completamente en el amor (y hasta cierto punto odio), de Malcolm y Marie. Y lo más increíble es que el tiempo se siente como si transcurriera a la par del tiempo de película. Levinson busca de todas las maneras posibles que el espectador se sienta invertido en esta discusión, y que los sentimientos de frustración evolucionen tanto en protagonista como en nosotros.


¿Y qué es lo que tiene tan enojada a la crítica? Es el otro mensaje que intenta transmitir Malcolm & Marie a través de la voz de sus personajes. Uno que se siente completamente personal y que Levinson necesitaba la mejor forma de decirlo. Ese mensaje es un “ataque” hacia cómo los medios quieren que toda cinta tenga un mensaje político detrás, y más si el director que está a cargo del proyecto es de una minoría. Y todo esto a través de la voz del director ficticio, Malcolm.


Quizá hasta cierto punto está justificado que se diga que un hombre blanco y heterosexual como Levinson no es el más indicado para alzar la voz con este mensaje, pero estamos hablando de John David Washington, uno de los actores más populares del momento. No es alguien que esté necesitado de su próximo papel y dispuesto a tomar el que le ofrezca su próximo cheque. Washington leyó el guion y, siendo alguien quien creció en la industria (hijo de Denzel Washington), dudo que no haya entendido a la perfección el mensaje a transmitir.


Y el otro punto es que Marie en un momento le regresa la crítica a su pareja, diciendo como sus quejas no son fundamentadas si él “tiene a sus dos padres, un título universitario, y una hermana que trabaja en un think tank en la capital”. Levinson, hijo del director ganador del Oscar, Barry, se proyecta a sí mismo en esta película. No es que el director y escritor sufra de falta de autoconsciencia, es de hecho todo lo contrario lo que hace enojar a los críticos que se sienten atacados y tienen que buscar más de una razón para justificar su odio hacia esta película.


Me parece un mensaje increíble el enviado a través de los diálogos de Malcolm. “¿Por qué no puedo hacer una película buena y entretenida? ¿Por qué, por ser un director negro, tiene que haber un mensaje político o social detrás de mi película?” Los críticos quieren encontrar algo más profundo en las cintas, pero no se dan cuenta de que esta búsqueda está basado en sus prejuicios de quien está detrás del lente. Nolan puede hacer algo simplemente divertido y grandioso con sus películas, pero si Barry Jenkins fuera el director de Inception ¿habría un mensaje oculto?


Está claro quienes están enojados con Malcolm & Marie, y quienes la están amando, o por lo menos disfrutando. Es una pena porque una película tan buena, probablemente termine siendo ignorada cuando llegue la temporada de premios, y de hecho ya es lo que está pasando con el anuncio de los nominados a los Globos de Oro. Escrita más como una obra de teatro, Levinson nos demuestra lo que puede hacer con una película pesada en diálogos, y todo esto es elevado por las actuaciones eléctricas y de mucho corazón por parte de Zendaya y Washington.


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