Esta reseña no tiene spoilers de la historia. Espera en los próximos días una opinión con spoilers.
Después de un DLC, rumor tras rumor de una serie live action, una remasterización para PS4 y siete años de espera, llegó la tan esperada secuela al fenómeno que fue The Last of Us. Las expectativas no podrían estar más altas después de una primera entrega aclamada tanto por los fans como por la crítica. Algunos lo llamaban una obra maestra, otros incluso decían que era el mejor juego exclusivo de PlayStation. Eran expectativas imposibles de alcanzar. Naughty Dog era una víctima de su propio éxito. Después de varios retrasos, The Last of Us 2 llega con mucha más ambición que nunca para una entrega que no supo donde parar.
No es ningún secreto tras algunos trailers que en esta segunda parte la protagonista sería Ellie, dejando al favorito de los fans, Joel, en segundo plano. No me malinterpreten, Ellie es amada por todos (personalmente creo que es un personaje con un potencial de desarrollo increíble y sin duda mi favorita de la saga), pero Joel es a quien controlamos durante casi todo el juego original. Sin embargo, la Ellie que vemos ahora nos trae muchos recuerdos de lo que era sobrevivir un apocalipsis zombi con Joel al volante; ella ya es adulta, y es mucho más brutal y de decisiones incluso hasta moralmente cuestionables, pero sus motivaciones no son las del Joel que conocimos la primera vez.
En esencia sigue siendo la misma Ellie que todos conocemos y extrañábamos, pero en esta ocasión toma los reflectores y los escritores buscan profundizar más en su persona. Le culpabilidad que siente al ser inmune es explorada más, su relación con Joel es puesta a prueba por la decisión que él tomó, y su hilo conductor es la lucha de encontrarse o perderse con lo que la hace humana. Parte de esta exploración personal se mueve a través de un interés amoroso, Dina, quien nos acompaña durante partes del juego, pero no es algo que funcione de la mejor manera. No es que Dina sea un mal personaje, es que la relación de ambas no se siente bien construida, se siente más bien apresurada, por lo que nos da momentos que quieren sentirse como románticos, pero por la falta de química se sienten en el mejor de los casos como mal actuados, en el peor, son forzados.
No es solo que las motivaciones de Ellie la hagan una persona más cruda, sino que el entorno que la rodea y el mundo en general se ha vuelto más brutal. En el tiempo que ha pasado, los zombis se han hecho más violentos y esto no es solo por hacer un juego más difícil, pues sabemos que, entre más tiempo infectados, el hongo se apodera de sus cuerpos. Los zombis funcionan también como una manera de representar la humanidad que se va perdiendo en los sobrevivientes con el paso del tiempo. Los humanos son más violentos en su lucha para sobrevivir y hacerse de los pocos recursos que quedan en la Tierra.
Estos zombis más violentos y difíciles de matar le dan nuevas dimensiones a una experiencia de juego que uno pensaría no podría mejorar. La base se mantiene, el jugador tiene que elegir antes de actuar. Puedes asesinar de manera sigilosa y guardar tus municiones, o abrir fuego lo cual apresura, pero también hace más divertido el juego gracias a nuevas maneras de abatir a tus enemigos. Si bien las armas se mantienen por lo general igual, es la mejor de habilidades la que abre nuevos caminos de juego y una de las partes más divertidas. Balas de fuego, flechas explosivas, minas escondidas. La creatividad que puedes tener para sobrevivir en este mundo es una gran adición al juego.
Pero dentro de toda esta exploración para encontrar recursos, encuentras un mundo mucho más grande y abierto, y no tan lineal como su predecesor. Los caminos son largos y los edificios grandes, lo cual hace que el juego se sienta en partes monótono. En algunos casos el loot que vas encontrando ya no te sirve por la poca cantidad de recursos que has usado en los últimos minutos de juego.
Ellie no es el único personaje que usas en esta entrega. Por otro lado, tenemos a un nuevo personaje llamado Abby, quien nos lleva a conocer una gran parte del mundo y nuevos personajes que Naughty Dog quiere construir. Esta es sin duda la parte más interesante de jugar como Abby ya que podemos conocer mucho del grupo al que ella pertenece y la guerra en la que se encuentran contra otro bando. En algunos puntos puede llegar a recordar a The Walking Dead por las diferentes facciones presentes y sus conflictos de ideologías, haciendo que los zombis pasen a segundo plano y convirtiendo a los humanos en los principales enemigos del juego. Está claro que sea con una tercera parte, o spin-offs, el universo de The Last of Us tiene mucho que contar.
Abby es un personaje muy contrastante físicamente a lo que es Ellie, lo cual nos permite experimentar el juego de maneras muy distintas (ambas muy entretenidas a su manera) en cuanto al combate, sus armas y su manera de utilizar los recursos. Pero si las mecánicas de juego se pueden sentir distintas, la historia de las dos es muy parecida en muchos aspectos, principalmente en el ritmo. Las dos tienen momentos que llegan a arrastrar y a pesar de que por sí solas son personajes interesantes, su química con sus acompañantes no es la mejor.
Visualmente el juego es lo mejor que se ha visto en consolas. Las gráficas son impresionantes hasta el último detalle, lo cual hace que la espera y los tantos retrasos hayan valido la pena. Muchas de las escenas son en tormentas y la iluminación en estos escenarios es hermosa. El uso de luz y sombra con brillo del agua en los personajes borra un poquito más la línea entre videojuego y live action. La transición entre escenas cinemáticas y juego son prácticamente imposibles de notar y la animación de los personajes y sus entornos es increíble. Esto solo nos deja con más ganas de ver lo que el remaster en el PS5 nos va a ofrecer.
Los NPC (Non Player Character) son un poco más inteligentes que el juego pasado, pero todavía se pueden sentir torpes por momentos, sin embargo, la mejora está. Los enemigos siguen siendo incrédulos o de poca visión ya que a veces es difícil de entender como no te vieron cuando tú ya te estabas preparando para enfrentarlos. En cuanto a tus acompañantes, se siente inconsistencia en la ayuda que tendrás por parte de ellos. En algunos casos van a matar a la mitad de los zombis y en otros casos te quedas haciendo todo el trabajo por tu cuenta.
The Last of Us 2 no es un juego malo. El odio por parte de los fans, si bien justificado, está desmedido. Tampoco es la obra maestra que según algunos críticos es. Es un juego inconsistente. Los puntos altos son muy altos, entretenidos y de muchísima rejugabilidad. Los puntos bajos son frustrantes y tediosos. La historia termina dejando mucho que desear y tiene decisiones altamente cuestionables, pero la experiencia de juego sigue siendo de las mejores en su género. Vas a ser retado mental y emocionalmente. Vas a sentirte tenso en muchas partes y en otras no vas a querer que se acabe por lo creativo que te puedes poner para sobrevivir.
La ambición que Naughty Dog tuvo al desarrollar este juego pone a pensar si en verdad era necesario empacarlo todo en una sola entrega. Lo que fue una secuela fácilmente pudo haber sido dividido en dos partes y contar una historia mucho más interesante con un impacto más duradero. Es respetable la manera en la que los desarrolladores intentaron llegar a nuevos niveles de combinar una historia profunda con una experiencia de juego inigualable, pero la ejecución se quedó corta para una fiel base de fans que tenía siete años esperando.
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