RESEÑA SIN SPOILERS
Todo es negocio.
El año pasado Amazon introdujo una nueva serie original de superhéroes basada en los cómics escrito por Garth Ennis. El que conozca el trabajo de Ennis o incluso había leído The Boys, sabía lo que podría esperar de la serie de Prime Video. Mucha violencia, mucha sangre, y personas horribles. La primera temporada fue considerada por muchos (incluyéndome) como una de las mejores series de superhéroes de hoy en día, pero esta segunda temporada la establece como una de las mejores series que el streaming nos ofrece en la actualidad.
The Boys vuelve justo después del final de la primera temporada, situando a Hughie, MM, Frenchie, y Kimiko como fugitivos y a Butcher desaparecido. Los primeros episodios son utilizados principalmente para retomar la historia sobre los Supes terroristas que cada vez están más cerca de convertirse en una amenaza real en territorio americano. Para esto Homelander y el resto de los Siete no van a ser suficiente, así que una carismática Supe llamada Stormfront es reclutada.
Stormfront, interpretada por Aya Cash, es la gran nueva adición a la serie y sin duda uno de los puntos más fuertes de esta temporada. Desde el principio vemos que es una celebridad que se sabe relacionar muy bien con su público. Es la Supe blogger que hace lives en Instagram y sube stories de las grabaciones en los sets de Vought. Todo fanático del VCU queda inmediatamente enamorado de Stormfront, pero sin entrar a detalle, es también un Supe con muchos secretos detrás de ella.
Homelander es el único miembro de los Siete que tiene una relación complicada con ella en un principio pues no le gusta ver que sus reflectores apunten a alguien más. Antony Starr supera su interpretación de la temporada pasada, y acompañado de un increíble guion, logra desarrollar a Homelander como un villano mucho más complejo que un simple h**o de p**a. Los escritores nos enseñan más de las verdaderas motivaciones del villano, y si bien pueden parecer simples o superficiales, le quedan a la perfección a un personaje como Homelander. No son motivaciones por serlas y ya, sino que son usadas para hasta cierto punto humanizar al personaje y Starr aprovecha esto para dar una actuación digna de Emmy con uno de los mejores villanos de la televisión.
Pero hablemos del verdadero protagonista de The Boys. Billy Butcher es ese mismo personaje que es muy fácil de odiar en momentos y a veces puede ser frustrante como trata al resto del equipo, pero esta es su serie y la temporada se encarga de que lo sepas. Después del inesperado final de la primera entrega, los escritores aprovechan este hilo para desenvolver más al personaje. Como su contraparte Homelander, a Butcher lo conocemos más como humano y su familia. Sin embargo, esto no sería posible sin su gran química con Shantel VanSanten, quien interpreta a Becca, su esposa desaparecida que nos invita a conocer un lado diferente y más real del vigilante.
Hughie y Starlight no son la mejor pareja de la serie, o la más creíble (protejan a Kimiko y Frenchie ante todo), pero los guionistas saben utilizar esta relación para infiltrarnos en Vought y entender más sobre lo que está sucediendo detrás de cámaras. Es increíble lo real que se siente una empresa así, lo cual la hace todavía más terrorífica. Sin duda da también para las escenas de comedia más ridículos y conscientes de sí mismos, lo cual los hace todavía mejor, pero cuando los vemos en sus momentos de frialdad, da miedo pensar que si existen compañías multinacionales así.
The Boys no se guarda ningún comentario político que te quiera arrojar a lo largo de los ocho episodios. Es algo que probablemente aleje a muchas personas que se sientan ofendidas porque van en contra de sus ideologías, pero lo que hay que entender es que la serie no te dice de qué lado tienes que estar o cómo tienes que pensar. El comentario político y social es apuntado a los dos “lados” y no se guarda ningún golpe. Desde un personaje que es una clara sátira de la política Alexandria Ocasio-Cortez, hasta una escena escalofriante de un ciudadano común y corriente siendo convencido de hacer un acto horrible, todo por la propaganda política que lo rodea a donde vaya.
El único comentario que tengo con respecto a esta temporada y me frena a no considerarla como ‘perfecta’, es la falta de protagonismo de Kimiko. Puede ser un tema personal, pero Karen Fukuhara me parece increíble como el Supe miembro de the Boys, sin embargo, sentí que fue hecha a un lado durante varios episodios de la mitad de la temporada. Entiendo que había mucho que enfocarse para seguir con la trama, pero es una lástima que se le haga a un lado durante episodios completos. Ni se diga su increíble relación con Frenchie, la cual me parece un gran logro lo real y natural que ha progresado.
Esta segunda temporada de The Boys la establece como una de las mejores series de los últimos años, sin importar el género. Es relevante, oscura, con grandes actuaciones, y con un toque de comedia que simple y sencillamente funciona a la perfección. Es lo mismo que ya conocíamos de la temporada pasada pero elevado a la cuarta potencia. Más sangre, más violencia, más desarrollo de personajes, y más Supes.
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