Un viaje nostálgico por los momentos que construyeron el mundo gamer.
High Score es una nueva serie documental desarrollada por Netflix y France Costrel. A lo largo de seis episodios te llevan por un recuento de diferentes géneros, compañías, y marcas que formaron la industria de los videojuegos como la conocemos hoy en día. Si bien es un número limitado de episodios para cubrir una historia tan amplia, el documental logra cubrir suficiente para dejar satisfecho a cualquier amante o fan casual de videojuegos, sin embargo, los fanáticos hardcore quizá se queden esperando más.
Empezando desde Atari y Space Invaders, y llegando hasta los inicios de los videojuegos en 3D, High Score cubre casi tres décadas en seis episodios de 40-45 minutos cada uno. Narrada por el mismísimo Mario (o bueno, el actor de voz Charles Martinet), el documental es desde el primer minuto tanto atractivo como amigable para todo público. Los amantes de los videojuegos van a entender todas las referencias y probablemente conocer muchos de los datos curiosos que Martinet y los entrevistados te van a dar. Pero esto no quiere decir que tienes que ser un gamer para poder disfrutar del documental. Cada tema a explorar está explorado de manera clara y con animaciones 8-bit para que puedas entender de manera visual toda la historia sin tener que recurrir a grabaciones o simples fotografías de los años 80s.
Sin embargo, lo que sí puede llegar a ser complicado para incluso un conocedor de videojuegos, es la amplia cantidad de puntos en la historia que quiere cubrir High Score. Este es uno de los principales problemas con un documental que por lo general está desarrollado de manera excelente. Tiene una falta de enfoque que en ciertos episodios te terminas olvidando cual era el hilo conductor principal de esos 45 minutos. Es un mundo tan grande que es curioso saber que solo fue estrenada como serie limitada y no veremos más episodios que pudieron haber profundizado en ramas de gaming como Esports o la diversidad (o falta de) en la industria. O incluso cómo los juegos han impactado la sociedad, tanto positiva como negativamente. Temas que se intentaron tocar superficialmente en la mayoría de los capítulos.
Cuando no estás perdido en esto, si vas a disfrutar de historias que quizá solo el más conocedor sabía, como la pelea legal de Donkey Kong vs King Kong y cómo esto llevó a la creación de la bolita rosada que tanto amamos en Super Smash Bros, Kirby. O también vas a querer viajar en el tiempo para aplicar a un puesto de consultor de videojuegos, donde te sentabas en un call center a conocer a la perfección cada juego de Nintendo, para recibir llamadas de clientes que estaban atorados y necesitaban ayuda para poder completarlo. Si crees que esto era simple altruismo de la familia de Mario y Luigi pues, High Score y los casi 20 billones de dólares que vale la industria, te contarán la razón detrás de estos consultores.
No te cuento más pero este tipo de historias y datos curiosos son lo que puedes esperar, pero lo que en verdad le da el corazón a High Score son los momentos que nos llevan dentro de las casas de las personas que construyeron este mundo. Personas que como tú y yo comenzaron como gamers casuales (o no tanto) y que por amor al arte decidieron tomar el control en sus manos y llevar a los videojuegos al siguiente nivel. Estas historias de underdogs o de jóvenes universitarios en sus dormitorios desarrollando o mejorando los juegos que nos pudieron traer a donde estamos hoy en día.
High Score es un recuento amplio, tan amplio que puede perder enfoque en momentos, pero aun así atractivo y bien desarrollado para atrapar la atención de todo tipo de jugador. Seas un profesional de Esports, el que juega por pura diversión, o el adulto que quiere recordar los videojuegos “de maquinitas” de sus tiempos. Hay por lo menos una historia o dato curioso lo suficientemente interesante para dejarte satisfecho.
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